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Senderismo; ruta desde Madrigal de la Vera hasta el Castro Vetón del Freillo, Majada de Braguillas y las pinturas rupestres del Risco de la Zorrera. Sierra de Gredos

 



De entre todas las rutas senderistas que podemos encontrar en la Sierra de Gredos, la GR 180 recorre toda su vertiente sur y el Valle del Tietar, comenzando en Santa Maria de las Lomas hasta Madrigal de la Vera (o viceversa), recorriendo los parajes singulares que solo estas montañas pueden ofrecer al caminante por mas de 200 km. 

Puente romano de Madrigal de la Vera en la Garganta de Alardos. Inicio de la senda GR 180

La etapa que une Madrigal de la Vera con Candeleda (parece ser que es oficialmente la primera) asciende al borde de la Garganta de Alardos mientras lentamente nos conduce hasta un antiguo asentamiento celta muy conocido, el Castro Vetón del Freillo, tambien conocido como Castro Celta de El Raso, provincia de Ávila.

Durante los primeros meses del año 2021 debido al confinamiento regional que padecimos me fue imposible llegar hasta este yacimiento desde Madrigal de la Vera, sin embargo, a principios del mes de mayo el confinamiento perimetral fue levantado y sin dudarlo, la primera ruta que decidí realizar fue Madrigal de la Vera-Castro Vetón del Freillo-El Raso-Madrigal de la Vera.


Castro Celta de El Freillo en mi primera visita. Mayo del 2021

Video con algunas secuencias salvadas de mi primera visita al Castro Vetón del Freillo. El resto del vídeo fue borrado

Partiendo desde el Puente Romano de Madrigal arranca este sendero que en apenas una hora larga sin esforzarme demasiado me llevó hasta el castro celta, aunque debido a que el día estaba muy brumoso la visita se centró a recorrer gran parte de la zona excavada ya que apenas había visibilidad. Digamos que aquellas viejas piedras iban apareciendo ante mis ojos casi entre la niebla. También localicé un sendero que se perdía montaña arriba hasta un lugar llamado Majada de Braguillas y las Pinturas Rupestres del Risco de la Zorrera según rezaba un cartel indicador. Debido a las malas condiciones atmosféricas decidí regresar en otoño para conocer estos dos lugares desconocidos para mi. Sin embargo, la mala suerte me hizo adelantar esa visita hasta mediados de agosto justo al comienzo de una ola de calor muy severa, ya que el vídeo que realicé al paraje del Castro del Freillo fue eliminado sin previo aviso de mi canal en YouTube por motivos ajenos a mi voluntad.

En esta ocasión no comencé a caminar desde Madrigal de la Vera, sino que llegue con mi vehiculo hasta el mismo aparcamiento del castro celta, iniciando allí la nueva ruta. Decidí comenzar visitando primero la Majada de Braguillas y después las pinturas rupestres del Risco de la Zorrera para acabar finalmente en el castro. Subiendo por el sendero que indica el cartel encuentro más zonas excavadas del castro celta así como restos de su muralla y antiguo foso. En apenas dos kilómetros llego hasta el lugar llamado Majada de Braguillas que es una reconstrucción de un viejo refugio de cabreros en el cual habitó una familia al completo durante bastantes años, ganándose la vida mediante la elaboración de quesos, venta de leche y carne, cría de cabritos, etc. El lugar es muy interesante, hay paneles explicativos por todo el recinto y está fielmente reconstruido, siendo todo un homenaje a los cabreros del sur de la Sierra de Gredos. La visita es totalmente libre y gratuita. Vale la pena perder un buen rato en este lugar y conocer el duro modo de vida de los ganaderos que habitan por estas montañas. 


Detalle de algunas de las construcciones rehabilitadas de la Majada de Braguillas. 

Trescientos metros camino arriba encontramos protegidas por verjas las pinturas rupestres del Risco de la Zorrera. Apenas se distinguen pintadas en ocre algunas figuras y manchas, pudiendo reconocer una silueta humana y algunos animales. Al parecer se piensa que estos vestigios representan un banquete o ritual en un templo, aunque solo son teorías. Datadas en unos cinco mil años de antigüedad el paso del tiempo ha estropeado bastante este lugar, y solo podemos descubrir todas las pinturas gracias a los paneles informativos instalados en el lugar. Para estudiar todas las figuras de forma clara los arqueólogos tuvieron que tomar fotografías y tratarlas con técnicas especiales y así intentar desentrañar el mensaje que nos han legado ya que a simple vista casi no se distinguen todas las figuras.

Pinturas rupestres del Risco de La Zorrera

Detalle de algunos de los dibujos. He resaltado el color para que se distingan mejor. En las tres imágenes de abajo se pueden apreciar tal como son en realidad.





Ya solo me quedaba regresar sobre mis pasos y recorrer de nuevo el Castro Celta de El Freillo, el cual se puede visitar en su perímetro de forma libre aunque existe la opción de contratar un guía oficial y conocer el lugar en profundidad, además también de poder acercarnos al cercano pueblo de El Raso donde podemos conocer el museo dedicado al yacimiento arqueológico. La entrada es gratuita.


El Castro Vetón el dia de mi segunda visita

Los Vetones fueron una rama del pueblo celta que vivió por estas tierras antes de que llegasen los romanos. Este asentamiento del cual no se conoce su nombre original fue fundado, según se cree, a finales del siglo III antes de cristo en plena edad de bronce y perduró hasta mediados del siglo I antes de Cristo, o sea, unos 150 años de historia. Sin embargo hay restos de otro poblado de época anterior muy cerca, poblado que al parecer no estaba fortificado y fue abandonado trasladándose sus habitantes a este que hoy conocemos muy posiblemente huyendo de los romanos. El recinto de esta ciudad podria haber tenido unas 20 hectáreas defendida por fosos y una amplia muralla de piedra a excepción de la parte que se abría a la Garganta de Alardos. Seguro que en las visitas guiadas nos cuentan mucho mas detalles sobre la forma de vida de estos primitivos habitantes de Gredos. Lo que si parece claro es que estos viejos celtas acabaron sucumbiendo a las exigencias romanas, conviviendo con ellos en la ciudad durante algún tiempo aunque todos los historiadores coinciden que al final la ciudad fue abandonada y destruida por los romanos velando por sus propios intereses sobre los territorios conquistados.
Por tanto, como se puede ver, en la zona arqueológica del Freillo en El Raso encontramos antiguos restos y reconstrucciones que nos invitan a pasar una jornada visitando estos parajes.

Senderismo; La Senda de las Viejas Piedras, Sierra de San Vicente (Toledo)


Sierra de San Vicente



Puedes descargar el track al final de la entrada


La Sierra de San Vicente, al norte de la provincia de Toledo, conserva todavía algunos importantes  restos de su pasado, cuando contaba con más recursos hidrológicos que ahora y sus laderas eran explotadas por monjes Carmelitas y otros propietarios. La Senda de las Viejas Piedras enlaza en algo más de 10 km por parajes de impresión varios enclaves que en su día tuvieron una importancia capital y de los cuales apenas quedan algunas interesantes piedras cubiertas de musgo. Esta ruta la defino como de dificultad moderada debido al ascenso al Cerro de San Vicente que puede llegar ase complicado por su corta pero fuerte pendiente. El resto de la ruta es un agradable paseo de montaña. Recomendada para realizarla en primavera u otoño. El invierno tambien es una buena época para recorrerla.  

La ruta comienza en el paraje conocido como El Pielago, avanzando por una pista de servicio del tendido eléctrico que nos lleva en dirección oeste. No tardaremos mucho en descubrir a unos 50 metros mirando a nuestra izquierda bajo la arboleda lo que parece un muro de piedra, pero realmente es la pared de una balsa de agua abandonada que alimentaba a tres molinos harineros ahora en ruinas. Hacia esa balsa dirigiremos nuestros pasos, bajando después por la antigua acequia fácilmente identificable entre los árboles hasta llegar a los molinos o más bien, lo que queda de ellos.


Molinos del Piélago

Tras recorrer estas viejas ruinas volveremos sobre nuestros pasos para regresar al Piélago y tomar un sendero justo al otro lado de la carretera, la cual seguiremos de forma paralela  hasta que lleguemos a un cercado metálico que nos obliga a girar a nuestra derecha y comenzar a ascender una moderada pendiente que conduce hasta el llamado Lomo Lucia, una elevación a 1227 msnm y la cual si no estamos atentos podremos pasarnos de largo. Continuaremos avanzando por el sendero siempre dejando la alambrada a nuestra izquierda. Cuando esta valla se desvíe tambien a la izquierda, deberemos seguirla por un camino claramente marcado pasando por dos cancelas que podemos abrir para continuar, dejándolas cerradas tras nuestro paso. Un poco mas adelante al llegar a una explanada con una bifurcación continuaremos unos metros por el camino de nuestra izquierda (seguimos paralelos a la valla) hasta que sobre unos 50 metros nos desviamos a nuestra derecha campo a través para intentar localizar los restos de un pozo de nieve, una construcción subterránea que permitía conservar nieve acumulada durante el invierno para venderla en los meses mas cálidos como hielo. Estas ruinas estaban hace un tiempo debidamente señalizadas, sin embargo, el vandalismo se ha cebado con estos paneles indicativos y los organismos competentes no los han repuesto.

Pozo de nieve 



Ahora toca volver sobre nuestros pasos buscando de nuevo la bifurcación que hemos dejado atrás, para tomar una senda que nos lleva por una pendiente ascendente bastante pronunciada al Monte de Venus, como tambien se conocía en la antigüedad al actual Cerro de San Vicente. Nuestro siguiente objetivo son las ruinas de la Ermita de los Santos Mártires de Talavera y el Castillo de San Vicente, medio kilómetro mas allá. Sobre estas viejas piedras ya hemos hablado en sendas entradas de este blog y han sido protagonistas de algunos de los vídeos del canal de YouTube de Senderos y Veredas. En la explanada que tenemos que atravesar para llegar desde las ruinas de la ermita hasta el castillo hubo hace siglos una abadía de la cual apenas se distinguen algunos restos de sus muros, muy dificilmente identificables. La Abadía del Piélago, como era conocida, fue fundada sobre el siglo XII. 

Ermita de los Santos Mártires; entrada a la cueva

Castillo de San Vicente


Algunos restos del Castillo de San Vicente

Cimitarra árabe graba en una roca; Castillo de San Vicente



Regresamos de nuevo por el mismo camino hasta la bifurcación que hemos tomado al subir por el sendero, pero no bajamos por el, sino que continuamos en dirección norte para conocer los restos del Convento del Piélago, parcialmente recuperado pero no visitable. Y tras haberle conocido, volvemos por el mismo camino hasta la carretera para buscar un camino forestal que nos conduce a varios enclaves de interés en estas montañas. Nosotros le seguimos, aunque rápidamente nos desviamos a la izquierda por un sendero que aparentemente no conduce a ninguna parte, pero lleva hasta un segundo pozo de nieve algo mejor conservado que el que hemos visto anteriormente. Imprescindible visitar su parte posterior.




Convento del Piélago


Volvemos a salir al camino y continuamos por el. En un par de kilómetros y justo antes de llegar a un muro donde un cartel reza "Al Campamento 1,5 km" podemos descubrir una fuente de cemento, mas bien abrevadero para ganado, que realmente es el nacimiento del río Guadyerbas, un importante afluente del Tietar. El lugar se llama Fuente Mingorria. Ahora continuamos siguiendo las indicaciones del cartel que hemos visto anteriormente en busca del Campamento Juvenil del Piélago, pero antes nos volvemos a desviar siguiendo las indicaciones de otro cartel rustico que nos señala la ubicación del Roble Grande, un árbol singular de estos bosques. Una vez le hemos conocido, regresamos por el mismo camino hacia el campamento y damos fin a esta senda.


Fuente Mingorria


Roble Grande



Puedes descargarte el track de esta ruta haciendo clic aquí.








    

Viejos Molinos en La Sierra de San Vicente








En la Sierra de San Vicente, provincia de Toledo, encontramos importantes restos de construcciones repartidos por toda su área. Uno de ellos que además salta a la vista a la vez que permanece oculto son los molinos en ruinas que podemos encontrar muy cerca del paraje conocido como El Piélago. 
Estas sierras hace siglos eran explotadas en su mayor parte por la Orden de los Monjes Carmelitas Calzados que aquí tenían su residencia y como parte de sus actividades de financiación estaba la regencia de algunos molinos hidráulicos. 
Hay que señalar que debido al clima de hace siglos atrás en los cuales todo el hemisferio norte sufrió una pequeña era glaciar (Pequeña Edad de Hielo) desde los años 1550 hasta 1850 aproximadamente con fríos extremos y abundantes nevadas en cotas bastante mas bajas que hoy en día, estas montañas contaba con grandes recursos hidrológicos; abundaban las  fuentes y manantiales por doquier. Por tanto era lógico aprovechar tal abundancia para el beneficio del hombre.


Antigua presa donde se acumulaba agua para garantizar el funcionamiento de los molinos en epoca de molienda; boca de salida hacia la acequia hoy desaparecida.

Restos del cubo de presión del molino hoy desaparecido y todavía visible junto a la carretera comarcal  TO 9045-V


Detalle del cubo de presión; podemos ver en la parte inferior la salida de agua o saetin junto a la carretera


Los tres molinos que se muestran en esta entrada de Senderos y Veredas aprovechaban un solo torrente de agua estando situados los tres uno detrás del otro y son muy accesibles, ubicados en una pradera en pendiente descendiente que desde su parte mas inferior nos permite disfrutar de unas vistas impresionantes de la cara sur de la sierra con el pantano del Guadyerbas al fondo. Para entrar en esta pradera con nuestro  vehiculo deberemos tomar la carretera TO 9045-V que recorre estas montañas desde Navamorcuende hasta El Real de San Vicente (o viceversa) y entre los puntos kilométricos 9 y 10 encontramos un desvío en dirección sur que es por donde entraremos, justo enfrente de un torreón de piedra que llama poderosamente la atención y que no es otra cosa que los que queda de uno de los molinos, viendo rápidamente algunas construcciones modernas abandonadas y un deposito de agua tambien en desuso. También puedes ver el punto de entrada a esta pradera desde Google Maps haciendo clic aquí.

El torreón al que me he referido antes no es otra cosa sino una parte importante de algunos molinos llamada cubo de presión; el agua se precipitaba desde la parte superior cogiendo fuerza para dar impulso a la rueda con aspas llamada rodezno, que a su vez transmitía este movimiento a las piedras de moler mediante un eje llamado árbol. Aquí la construcción de la carretera ha eliminado el edificio del molino y por la parte superior encontramos la base de la acequia por donde bajaba el agua de la sierra. Si seguimos el sendero claramente definido de esta acequia en dirección ascendente descubriremos un poco mas arriba la presa o balsa donde se acumulaba el agua procedente de torrentes y arroyos. Esta presa tenia su importancia ya que en épocas de poco caudal se almacenaría aquí el agua para cuando hubiese cantidad suficiente poder soltarla y mover los mecanismos del molino mas abajo. 


Restos de otro molino; vista superior de la estancia donde estaría situada la rueda con las aspas

Vista de la misma estancia desde otro angulo

Salida del agua desde el exterior

En la pradera donde hemos dejado nuestro vehiculo encontramos justo a continuación del cubo que hemos visto antes los restos de un segundo molino en el cual no encontramos evidencias de cubo, sino que aprovechaba la fuerza del agua que salia del primer molino que suponemos saldría con la suficiente presión. De esta construcción apenas queda casi nada. Pero a continuación descubrimos un enorme edificio de piedra que es el tercer molino de esta zona. Este si contaba con cubo de presión aunque por desgracia no pude entrar en el ya que esta invadido por la vegetación, pero hubiese sido interesante haberle visto por dentro conformándome con tomar fotos y vídeos de su deteriorada fachada. 

Tercer molino situado en esta zona, la construcción destaca por su gran tamaño

Detrás de la maleza se esconde la salida del agua

El paraje donde se sitúan estos tres molinos se presta para la práctica del senderismo.


Justo en la parte inferior de este molino y hacia la derecha, se intuyen otros restos de lo que parece un cuarto molino que tomaría el agua desde otro arroyo distinto. 

No tengo constancia de la época de construcción y funcionamiento de estos artificios, pero si tengo en cuenta los datos de fundación del Convento Carmelita del Pielago (s. XV), supongo que estos molinos estarían datados como poco en los siglos XV o XVI. También imagino que en los últimos años de la Pequeña Edad de Hielo -a la cual nos hemos referido al principio de esta entrada- entre los siglos XIV y XIX con temperaturas mas bajas de las que se dan hoy en día, pues seguramente a partir del siglo XVIII ya seria bastante acusado el ascenso progresivo de las temperaturas y la consiguiente subida de las cotas de nieve, dejando de ser rentables muchas de las actividades económicas que financiaban el convento y si a eso le añadimos las posteriores desamortizaciones que privaron a los frailes de sus posesiones en estas tierras, se puso fin a la época de actividad de estas construcciones que corren el riesgo de desaparecer para siempre.