Viejos Molinos en La Sierra de San Vicente








En la Sierra de San Vicente, provincia de Toledo, encontramos importantes restos de construcciones repartidos por toda su área. Uno de ellos que además salta a la vista a la vez que permanece oculto son los molinos en ruinas que podemos encontrar muy cerca del paraje conocido como El Piélago. 
Estas sierras hace siglos eran explotadas en su mayor parte por la Orden de los Monjes Carmelitas Calzados que aquí tenían su residencia y como parte de sus actividades de financiación estaba la regencia de algunos molinos hidráulicos. 
Hay que señalar que debido al clima de hace siglos atrás en los cuales todo el hemisferio norte sufrió una pequeña era glaciar (Pequeña Edad de Hielo) desde los años 1550 hasta 1850 aproximadamente con fríos extremos y abundantes nevadas en cotas bastante mas bajas que hoy en día, estas montañas contaba con grandes recursos hidrológicos; abundaban las  fuentes y manantiales por doquier. Por tanto era lógico aprovechar tal abundancia para el beneficio del hombre.


Antigua presa donde se acumulaba agua para garantizar el funcionamiento de los molinos en epoca de molienda; boca de salida hacia la acequia hoy desaparecida.

Restos del cubo de presión del molino hoy desaparecido y todavía visible junto a la carretera comarcal  TO 9045-V


Detalle del cubo de presión; podemos ver en la parte inferior la salida de agua o saetin junto a la carretera


Los tres molinos que se muestran en esta entrada de Senderos y Veredas aprovechaban un solo torrente de agua estando situados los tres uno detrás del otro y son muy accesibles, ubicados en una pradera en pendiente descendiente que desde su parte mas inferior nos permite disfrutar de unas vistas impresionantes de la cara sur de la sierra con el pantano del Guadyerbas al fondo. Para entrar en esta pradera con nuestro  vehiculo deberemos tomar la carretera TO 9045-V que recorre estas montañas desde Navamorcuende hasta El Real de San Vicente (o viceversa) y entre los puntos kilométricos 9 y 10 encontramos un desvío en dirección sur que es por donde entraremos, justo enfrente de un torreón de piedra que llama poderosamente la atención y que no es otra cosa que los que queda de uno de los molinos, viendo rápidamente algunas construcciones modernas abandonadas y un deposito de agua tambien en desuso. También puedes ver el punto de entrada a esta pradera desde Google Maps haciendo clic aquí.

El torreón al que me he referido antes no es otra cosa sino una parte importante de algunos molinos llamada cubo de presión; el agua se precipitaba desde la parte superior cogiendo fuerza para dar impulso a la rueda con aspas llamada rodezno, que a su vez transmitía este movimiento a las piedras de moler mediante un eje llamado árbol. Aquí la construcción de la carretera ha eliminado el edificio del molino y por la parte superior encontramos la base de la acequia por donde bajaba el agua de la sierra. Si seguimos el sendero claramente definido de esta acequia en dirección ascendente descubriremos un poco mas arriba la presa o balsa donde se acumulaba el agua procedente de torrentes y arroyos. Esta presa tenia su importancia ya que en épocas de poco caudal se almacenaría aquí el agua para cuando hubiese cantidad suficiente poder soltarla y mover los mecanismos del molino mas abajo. 


Restos de otro molino; vista superior de la estancia donde estaría situada la rueda con las aspas

Vista de la misma estancia desde otro angulo

Salida del agua desde el exterior

En la pradera donde hemos dejado nuestro vehiculo encontramos justo a continuación del cubo que hemos visto antes los restos de un segundo molino en el cual no encontramos evidencias de cubo, sino que aprovechaba la fuerza del agua que salia del primer molino que suponemos saldría con la suficiente presión. De esta construcción apenas queda casi nada. Pero a continuación descubrimos un enorme edificio de piedra que es el tercer molino de esta zona. Este si contaba con cubo de presión aunque por desgracia no pude entrar en el ya que esta invadido por la vegetación, pero hubiese sido interesante haberle visto por dentro conformándome con tomar fotos y vídeos de su deteriorada fachada. 

Tercer molino situado en esta zona, la construcción destaca por su gran tamaño

Detrás de la maleza se esconde la salida del agua

El paraje donde se sitúan estos tres molinos se presta para la práctica del senderismo.


Justo en la parte inferior de este molino y hacia la derecha, se intuyen otros restos de lo que parece un cuarto molino que tomaría el agua desde otro arroyo distinto. 

No tengo constancia de la época de construcción y funcionamiento de estos artificios, pero si tengo en cuenta los datos de fundación del Convento Carmelita del Pielago (s. XV), supongo que estos molinos estarían datados como poco en los siglos XV o XVI. También imagino que en los últimos años de la Pequeña Edad de Hielo -a la cual nos hemos referido al principio de esta entrada- entre los siglos XIV y XIX con temperaturas mas bajas de las que se dan hoy en día, pues seguramente a partir del siglo XVIII ya seria bastante acusado el ascenso progresivo de las temperaturas y la consiguiente subida de las cotas de nieve, dejando de ser rentables muchas de las actividades económicas que financiaban el convento y si a eso le añadimos las posteriores desamortizaciones que privaron a los frailes de sus posesiones en estas tierras, se puso fin a la época de actividad de estas construcciones que corren el riesgo de desaparecer para siempre. 



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